Con pincel en una mano y una copa en la otra, la noche se convirtió en una explosión de creatividad, charlas improvisadas y, sí, alguna que otra obra maestra abstracta.
Aquí la única regla era pasarlo bien, y si de paso salía un cuadro decente, ¡pues mira, doble victoria! Fue el plan ideal para desconectar de los apuntes, conectar con la buena gente de la resi y confirmar que la inspiración puede estar a solo un sorbo de distancia. Fue un momento para desconectar de los estudios, conectar con otros residentes y comprobar que la inspiración puede llegar con un buen vino (y buena compañía). ¡Una velada única donde el arte y la diversión se mezclaron a la perfección!
Los disfraces fueron, como siempre, el centro de todas las miradas: desde los más creativos hasta los más aterradores, ¡la imaginación no tuvo límites!
Con la mejor música, risas contagiosas y un ambiente vibrante, dimos el pistoletazo de salida a un curso lleno de nuevas experiencias.
El olor a pizza recién hecha invadió cada rincón de la residencia, atrayéndonos a todos para disfrutar de una cena llena de buen rollo.
Los premios eran la guinda del pastel, con cosas tan inesperadas como unos auriculares o cámaras de fotos que más de uno se llevó una sorpresa.
Últimas plazas para el curso 25/26, selecciona la residencia que más te interese y realiza tu reserva.
¡No te quedes sin tu habitación!
